Este personaje del Período Tairona de la Sierra Nevada de Santa Marta toca una trompeta. Sus carrillos se ven abultados, su movimiento debió tener la cadencia del enorme tocado de plumas que lleva sobre su cabeza. Hay un ave también sobre su cabeza, con las alas dobladas y el pico ganchudo de los carroñeros de la Sierra Nevada, como el cóndor, o los cormoranes del mar Caribe. Además de cinturón tejido, brazaletes y orejeras, lleva dos grandes tubos de metal insertados en la nariz, como también se ve en los “hombres murciélago”, otros adornos semejantes de la orfebrería tairona. Este personaje, sin embargo, hace música como las aves de grácil vuelo. La pieza fundida en aleación de oro y cobre fue dorada superficialmente con ácidos. Al observarla con detenimiento se ve que fue muy usada: la delgada capa dorada se desgastó con el roce y las partes salientes del pico del ave, la trompeta y los pies muestran el color rosado del metal interno de la pieza. EL